La Visión Jibaricua
Por Raúl E. López Vergé
Un Plan Biblico Para el Desarrollo de Puerto Rico
"Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma." -- 2 Tes. 3:10
El tercer mandamiento dice "No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano;" (Éxodo 20:7) Dios se ha revelado a nosotros dentro de este universo en varias formas a través de distintos tiempos. Sin embargo, estas revelaciones han llegado a nosotros en forma de palabras contenidas en relatos escritos. Entre estas palabras se encuentra el nombre y el titulo de Dios. Su nombre es Jehová o Jesús y sus títulos incluyen Dios y Cristo. El nombre de Dios es el
único objeto en este mundo digno de ser adorado. Es a través del nombre de Dios que Dios se adora. En cierto sentido es el único ídolo legítimo por ser de carácter inmaterial. Es un objeto que consiste de información pura. Como el único objeto digno de veneración, es importante mantener esta palabra en un estado de pureza máxima. Este concepto toma un lugar prominente en la oración que llamamos "El Padre Nuestro." Cuando Jesús le enseño a orar a sus discípulos le dio esta oración como un patrón o ejemplo. Comienza con una petición asociada con el nombre de Dios. "Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre." (Mateo 6:9). Este mandamiento extiende el principio de la preeminencia de Dios que se enseña en el primer mandamiento.
Como Dios es especial, su nombre debe causar en nosotros una reverencia especial.
Una sociedad no puede funcionar sin el aceite de respeto mutuo, cordialidad y civilidad. Los símbolos asociados con Dios deberían ser respetados. Si el respeto por lo sublime deja de existir, entonces la gente tampoco va a respetar cosas mas bajas, como el uno al otro. Los secularistas piensan que el gobierno no debería promover la religión; sin embargo, muchas veces no le preocupa que el gobierno le de sostén financiero al ataque contra la religión. Por ejemplo, el gobierno de los Estados Unidos le da becas ("grants") artísticas a personas cuyo arte ataca la religión Cristiana. Un tal artista llamado Andrés Serrano recibió un premio de $15,000 financiado en parte por el gobierno de los Estados Unidos por una tal obra en el año
1989. Esta obra consistía de una fotografía de un crucifijo sumergido
en un vaso lleno de orina.
En el 1999 el alcalde de Nueva York Rudy Juliani le cortó los fondos al Museo de Brooklyn cuando exhibió una obra por Chris Ofili donde se encontraba una pintura de la madre de Jesús rodeada por fotografías de genitalia femenina recortado de magazines pornográficos y cubierta con excreta de elefante. Sin embargo, un juez ordenó que se le restaurara el financiamiento al museo. Esas no son expresiones artísticas ni un debate sobre la verdad de una religión versus otra, eso es puramente blasfemia contra el Dios del Cristianismo. A diferencia con los Musulmanes, los Cristianos no declaran fatuas (una proclamación religiosa que ordena que los fieles maten al objeto del fatua) contra aquellos que cometen tales acciones, pero pedimos que no usen los impuestos generado por nuestro sudor para blasfemar a nuestro Dios. Eso no es libertad de religión, es una falta de respeto. Una sociedad que no respeta lo sagrado tampoco va a respetar la vida ni los derechos ajenos.