La Visión Jibaricua
Por Raúl E. López Vergé
Un Plan Biblico Para el Desarrollo de Puerto Rico
"Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma." -- 2 Tes. 3:10
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Capítulo 9
La Distribución del Poder

Copyright 2012 por Raul E. Lopez, MD, MDiv


Como vivimos anteriormente, los primeros dos de los diez mandamientos se basan en el principio que Dios es todo poderoso. El es todo poderoso porque es el único como El. Dios puede tener partes, como creemos los trinitarianos, pero estos componentes de la divinidad están tan unidos que actúan como un ser unitario. Dios es un ser inmaterial que existe fuera de las limitaciones que producen las leyes físicas del universo. El tiene el derecho a ejercer autoridad absoluta porque Él es perfecto en su bondad y en su sabiduría. Por eso Jesús recalcó que el mandamiento más importante es el amar a Dios. "Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento." (Marcos 12:29-30).

Es esencial reconocer la autoridad absoluta de Dios, lo que se refiere como su soberanía. La oración guía del Cristiano es el Padre Nuestro. En esta oración Jesús nos manda a que oremos, "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra." (Mateo 6:10). El que trata de buscar poder para engrandecerse a sí mismo y no para promover el reino de Dios se está elevando al nivel de un dios y viene a ser un anticristo, porque está en contra de Jesucristo. Aun el Señor Jesús, siendo el hijo de Dios, vino a servir para darnos un ejemplo del ser humano ideal. El vendrá luego a reinar, pero primero vino para servir.

De estos principios se puede extrapolar que mientras más diluido está el poder mejor es para la sociedad, siempre y cuando se evite el caos y se evite una competencia contraproducente. Por ejemplo, un país altamente dividido como Iraq, con grupos tribales que se odian a la muerte y con una ética pobre necesita una dictadura centralizada que por lo menos implante alguna medida de orden y seguridad. Sin embargo, tales gobiernos están repleto de abusos y corrupción y son solo un poco mejor que el caos que reemplazan. En general el principio de la distribución del poder es válido. Veremos que este principio es central en muchos asuntos políticos y económicos.

La Biblia no solo enseña que Dios es especial y soberano, también enseña que todos los seres humanos somos iguales en nuestra esencia más importante. Somos iguales porque todos hemos sido hechos en la semejanza de Dios, "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza;" (Génesis 1:26a) y tenemos su imagen dentro de nosotros "porque a imagen de Dios es hecho el hombre" (Gen 9:6b). Por eso Jesucristo dijo que el segundo mandamiento más importante es el de amar al prójimo. "Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo." (Marcos 12:30b-31a). Por lo tanto, la meta de la organización social es permitir que los individuos retengan la mayor autoridad posible, delegar al gobierno solo la autoridad necesaria, y darle más autoridad a las unidades de gobierno más pequeñas siempre que se pueda hacer en una forma eficiente.

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