La Visión Jibaricua
Por Raúl E. López Vergé
Un Plan Biblico Para el Desarrollo de Puerto Rico
"Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma." -- 2 Tes. 3:10
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El Salario Mínimo
Copyright 2012 por Raul E. Lopez, MD, MDiv


Si la Biblia dice: "si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma" (II Tesalonicenses 3:10), entonces, una de las responsabilidades más importantes de un gobierno justo es facilitar el que todos los hombres de edad trabajadora (18 a 65 años) tengan trabajo. Esto se llama empleo completo. Uno de los obstáculos más grandes al empleo completo es el salario mínimo. La razón para esto es que muchas personas no se han preparado lo suficiente como para producir a una razón más alta que la del salario mínimo. Si el salario mínimo es $7.35 la hora, pero el trabajador solo produce una ganancia a su patrono de $5.00 la hora, el patrono pierde $2.35 cada hora. Nadie va a emplear a alguien que le produzca una perdida. Le sería más provechoso al patrono despedir al empleado y el patrono automáticamente ganaría $2.35 la hora sin hacer absolutamente nada.

Después de estar al mismo nivel por casi diez años, la ley "Fair Minimum Wage Act of 2007" subió el salario mínimo de $5.35 a $5.85 el 24/07/2007 a $6.55 el 24/07/2008 y a $7.25 para el 24/07/2009. En el 9 de Octubre del 2007 el "Dow Jones Industrial Average," (el DJIA, una medida del valor de la bolsa de valores estadounidense) llegó a su nivel más alto hasta el momento. Después de esto comenzó una caída precipitosa que terminó con el DJIA a un nivel bajo de 6547 el 9 de marzo del 2009. Se piensa que la gran recesión comenzó en diciembre del 2007 y empeoró drásticamente en septiembre del 2008. Es interesante que la bola de valores comenzó su descenso pocos meses después del primer incremento en el salario mínimo y la recesión comenzó a empeorar pocos meses después del segunda incremento del salario mínimo. Algunos piensan que este incremente en tres fases del salario mínimo fue una de las causas importantes de la recesión de esa década. Dicen que la recesión Puertorriqueña no estaba relacionada a la de los Estados Unidos porque la de aquí comenzó como dos años antes que la de allá. Sin embargo, vemos que este incremento en el salario mínimo se hizo en tres etapas. La primera etapa fue suficiente para poner a Puerto Rico en recesión ya que Puerto Rico está menos industrializado que los Estados Unidos. Sin embargo, ni tan siquiera la economía Estadounidense resistió el golpe de la segunda y tercera fase de la subida del salario mínimo.

Como una medida para salir de la recesión, la Reserva Federal creo en forma electrónica y física, más de un trillón de dólares y los puso a circular. Esta creación de dinero del aire crea una devaluación del dólar que se llama inflación. Esto quiere decir que un dólar ya no vale lo mismo que antes, lo cual causa que los precios vayan subiendo. Una consecuencia de esto es que el salario mínimo, aunque se queda igual en término de dólares, en término de valor real, va bajando. Al ir bajando el salario mínimo a niveles de valor previos, vuelve a ser económicamente viable emplear a personas de baja productividad, el desempleo baja, y la economía otra vez comienza a crecer y se termina la recesión. Sin embargo, esta vez por una confluencia de problemas, esta política de imprimir dólares (a lo que se le da el nombre en inglés de "quantitative easing") no ha producido una baja en el valor del dólar y por eso el desempleo ha bajado muy lentamente.

Si no existiera una ley de salario mínimo habría trabajo para todo el mundo. Esto es por la sencilla razón que siempre hay alguna labor de valor que alguien puede hacer que produzca a lo menos alguna ganancia. Por ejemplo, si yo pudiera pagarle a alguien $1.00 por hora para desyerbar la grama de mi casa yo tendría a alguien empleado a tiempo completo manteniendo mi césped. Esto me costaría como $160 mensuales, lo cual cae dentro de mi presupuesto. Sin embargo, si tengo que pagar $7.35 la hora el mismo trabajo me costaría $1176 mensuales. Si me sale así de caro mejor dejo que la grama se llene de yerbas.

El temor de eliminar el salario mínimo viene por dos razones, pero ambas están injustificadas. La primera razón es que si alguien gana un salario muy bajo no va a poder sostenerse. El corolario implícito del mandato que "el que no trabaja que no coma," es que "el que trabaja tiene derecho a comer." Sin embargo, ahora mismo hay muchas personas en Puerto Rico y en los Estados Unidos que no trabajan, no se ganan ni un centavo pero comen bien porque reciben ayudas gubernamentales. Sin embargo, estas ayudas deberían de estar acompañadas con un requisito que para que un varón las reciba tiene que demostrar que trabajó 40 horas semanales. Ahora mismo el requisito es lo opuesto, que no trabaje nada. El que trabaja pierde las ayudas económicas.

La eliminación del salario mínimo tiene que ir acompañada con una reestructuración de las ayudas gubernamentales de modo de que estas ayudas se vayan disminuyendo gradualmente a medida que el salario vaya subiendo. Ahora mismo, el que recibe ayudas económicas está atrapado en una situación del cual nunca puede salir. Si trabaja pierde beneficios que suman a más de lo que se ganaría trabajando. Esto es lo equivalente a un impuesto de más de un 100%. Si las ayudas fuesen disminuyendo gradualmente, el hombre pobre podría conseguir un trabajito donde gane poco, pero a la vez retendría la mayoría de las ayudas e iría ganando destrezas que le permitiría mejorar su situación económica e ir saliendo poco a poco del hoyo.

El otro temor es que la existencia de personas que trabajen por salarios bien reducidos causaría que bajasen todos los salarios. Es posible que el salario de algunas personas que ahora mismo están en el mismo borde del salario mínimo bajara temporeramente. Sin embargo, a medida que un mayor porcentaje de la población trabajara pasarían dos cosas. Primero, se iría acumulando riquezas, y, segundo, la población iría aprendiendo destrezas nuevas. Esto causaría que los salarios fueran subiendo. Por ejemplo, al principio, cuando primero se eliminase el salario mínimo, muchas de estas personas sin destrezas se emplearían por muy poco dinero porque no hay mucho que hacer. Estarían lavando carros, manteniendo patios, y limpiando carreteras. Estos son trabajos que tienen valor pero que no son esenciales.

Sin embargo, quizás alguien que tenga una cuerda de terreno baldío se pone hacer cálculos y llega a la conclusión que puede sembrar habichuelas y sacarle provecho aun si paga un poco mas de los que se le paga a alguien para mantener un patio. Otro vecino va a ver que su vecino está haciendo dinero cultivando su terreno, y hará lo mismo. Llegará el momento que hay tanta gente sembrando vegetales y viandas que ya no hay suficiente mano de obra para todos los huertos. Esto hace que los terratenientes comiencen a ofrecer salarios más altos para atraer obreros a sus sembrados. Estos también comenzarían a introducir maquinaria que permitan que las tareas se hagan de una forma más eficiente y, como consecuencia entrenarían a sus obreros en el uso de dicha maquinarias. Lo mismo pasaría en todas las áreas de la economía, produciendo una subida natural de salarios basadas en la productividad y en la adquisición de destrezas por parte de los trabajadores y de capital productivo por parte de los patronos.

Empleo completo tiene muchas ventajas sociales además de las puramente económicas. Hombres que están ocupados trabajando fuertemente no tienen tiempo para planear asesinatos, o planear como montar puntos de drogas, o como acostarse con la mujer de su vecino, o como escalar propiedad ajena. El trabajo también permite que personas de pocos recursos establezcan relaciones profesionales con personas de más recursos. Muchas personas que están tomando ayudas gubernamentales viven vidas aisladas en sus residenciales y tienen muy poco contacto con personas que viven vidas más exitosas. El trabajo permite que personas de distintas clases sociales tengan contacto con personas de otras clases sociales y así aprendan el uno del otro. Además, el trabajo produce un sentido de valor en sí mismo, lo que algunos llaman auto estima. Esto crea en la persona un deseo por mejor su condición.

En contraste, la clase indolente es un drenaje de recursos para la sociedad. Es una inversión social que no crea riqueza, sino pobreza. Es uno de los pocos gastos de este tipo. Por ejemplo, si el gobierno construye una carretera el país gana un medio de transportación. Si el gobierno invierte en la educación de un niño esa educación producirá frutos durante toda la vida del niño. Sin embargo, si el gobierno le da dinero a una persona por estar sin trabajo, esto simplemente le quita aún más el deseo de trabajar a esa persona y produce nada de valor para la sociedad. Al contrario, crea una persona con tiempo para maquinar la maldad. Cuando Adán y Eva pecaron Dios los castigó con el tener que experimentar dolor en su labor.

16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. (Génesis 3:16-19).

Esto no lo hizo de modo de venganza, sino como una forma de mantener la maldad bajo control. Si le quitamos a una persona la necesidad de tener que trabajar estamos desenfrenando la maldad que existe dentro de esa persona, al igual que en todas las personas. No es que el trabajo produzca santos de pecadores, sino que el ocio transforma a pecadores en demonios.

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